Cómo saber qué orientación tiene mi casa

Comprender la orientación es el primer paso para aprovechar la luz y mejorar el confort del hogar.

Saber con precisión qué orientación tiene tu vivienda, a pesar de que pueda parecer información secundaria, es en realidad fundamental para entender cómo se comporta tu casa a lo largo del día y del año. Saber hacia dónde mira cada fachada permite aprovechar mejor la luz natural, mejorar la eficiencia energética sin grandes intervenciones y planificar reformas que mejoren la calidad de vida en el interior.

 

Conocer la orientación también ayuda a comprender por qué ciertos espacios son más luminosos o fríos que otros, por qué una habitación se recalienta en verano, o cómo ventilar de manera más natural. En definitiva, es el punto de partida para habitar de forma más consciente.

1. ¿Qué métodos existen para determinar la orientación?

Existen distintas maneras de saber la orientación de una casa o de una parcela, desde métodos caseros hasta herramientas digitales precisas.

El método más sencillo y tradicional consiste en simplemente observar la trayectoria del sol. Con los puntos cardinales como referencia, el sol amanece por el este y atardece por el oeste. Teniendo en cuenta los dos hemisferios de nuestro planeta, si bien comparten esta propiedad, se diferencian en la trayectoria y cenit del sol. Mientras que en el hemisferio norte el sol alcanza su punto más alto hacia el sur; en el hemisferio sur alcanza su punto más alto en el norte. Por ejemplo, de este modo, si la fachada de un edificio en España fachada recibe sol durante la mayor parte del día, probablemente esté orientada al sur.

 

Sin embargo, la observación puede variar según la época del año, por lo que conviene apoyarse en instrumentos o referencias más exactas como una brújula, analógica o digital, que indique hacia dónde apunta cada fachada. Otra opción es utilizar mapas en línea o aplicaciones de geolocalización (como Google Maps o mapas catastrales), que permiten situar la vivienda sobre el terreno y rotar el plano para ver su orientación exacta respecto al norte.

 

Además, desde un punto de vista profesional, existen herramientas específicas como los diagramas de soleamiento, que permiten analizar con precisión cómo incide el sol sobre una parcela o edificio a lo largo de todo el año. Estos diagramas suponen una base esencial para el diseño bioclimático y la planificación de aperturas, voladizos o protecciones solares.

Diagrama de soleamiento, con ubicación en Madrid, España.

Estos sistemas, combinados con la observación directa de la luz solar en distintos momentos del día, ofrecen una comprensión clara y práctica del comportamiento lumínico del hogar.

2. Interpretar la orientación: más allá de los puntos cardinales

Sin embargo, saber qué orientación tiene una casa no se trata solo de identificar el norte, sur, este u oeste, sino de interpretar lo que cada una implica. Tomemos de ejemplo el hemisferio norte:

  • Sur: es la orientación más equilibrada y deseable en climas templados, ya que recibe sol durante todo el día en invierno y puede protegerse fácilmente en verano mediante aleros o vegetación caduca.
  • Este: aporta una luz fresca y directa en la mañana, ideal para dormitorios o cocinas.
  • Oeste: ofrece sol intenso por la tarde, lo que puede ser agradable en invierno, pero excesivo en verano si no se controlan las ganancias térmicas.
  • Norte: tiene luz más constante y difusa, excelente para estudios, talleres o zonas que requieren iluminación homogénea sin deslumbramiento.

Comprender estas diferencias permite redistribuir espacios, planificar reformas o simplemente usar las estancias de forma más inteligente: ubicar zonas de estar en áreas luminosas, destinar las más frescas a dormitorios o aprovechar las sombras naturales para mejorar el confort térmico.

 

En el ámbito arquitectónico, conocer la orientación es uno de los primeros pasos del proceso de diseño. Permite decidir dónde abrir huecos, cómo ubicar terrazas o qué materiales y protecciones solares utilizar. Pero incluso en viviendas ya construidas, este conocimiento es clave para tomar decisiones conscientes: elegir cortinas adecuadas, incorporar toldos, reorganizar muebles o instalar sistemas de climatización más eficientes.

 

La orientación, en definitiva, no se impone: se descubre y se aprovecha. Saber hacia dónde mira una casa es una forma de entender su diálogo con el entorno, con el sol, el viento y las estaciones.

 

En Cabana, creemos que cada vivienda tiene una relación única con su orientación y su entorno. Nuestro trabajo parte de esa observación: leer cómo incide la luz, cómo circula el aire y cómo se comporta el paisaje. Solo así es posible crear hogares que no dependan de la tecnología para ser confortables, sino que aprovechen lo que el lugar ya ofrece. Entender la orientación es, por tanto, el primer gesto hacia una arquitectura más natural, consciente y viva.

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